¿Eres víctima del Greenwashing?
Seguro que has escuchado el término “Greenwashing” o sus homólogos: “Lavado verde”, “blanqueamiento”, “lavado de cara”, muchas veces, pero ¿sabes lo que significa?.
La definición nos dice que es un conjunto de prácticas comerciales que emplean muchas empresas con el objetivo de fomentar sus ventas, aumentar los beneficios, limpiar su imagen y ganar aceptación entre los consumidores a través de un argumento clave: la venta de productos naturales o ecológicos, sin realmente llevar a cabo una gestión sostenible.
Es decir, se refiere al marketing de aquellas empresas que venden como sostenibles, naturales o ecológicos sus productos, sin que lo sean, ya que en realidad siguen siendo igual de contaminantes que antes de impulsar su “compromiso con el medio ambiente”.
El greenwashing es una iniciativa cada vez más común entre las grandes empresas y cada vez resulta más complicado identificarlo.
Las compañías se han dado cuenta de que cada vez son más consumidores los que reclamamos a las empresas que sean respetuosas con el medio ambiente y estas lo han simplificado con “lo verde vende”.
¿Te has planteado si has caído alguna vez en el greenwashing?
Si quieres saber más, para ser capaz de identificar esta mala práctica, y si estás interesada en usar productos ecológicos, este artículo te ayudará a ver con más claridad qué es el greenwashing.
Historia
En la década de los 60 comenzó a darse un movimiento revolucionario sobre la paz, el amor, el amor a la Tierra… y el cuidado del medio ambiente comenzó a ganar importancia. Fue entonces cuando los primeros anuncios empezaron a mostrarnos lo verde que eran las empresas, aun sin serlo.
En los 80, después de varios desastres naturales, el cuidado del medio ambiente gano fuerza y su importancia ha ido creciendo según han ido pasando los años.
En los 90, la Conferencia de Naciones Unidas en Río de Janeiro (1.992), comenzó a potenciar el Desarrollo Sostenible como un deber de todo el planeta. Se firmó un acuerdo mundial para reducir las emisiones, aunque es cierto que podría haber sido más ambicioso, ya que no se culpaba directamente a las industrias contaminantes, pero eso es otro tema, que daría para decenas de artículos.
En el siglo XXI, cada vez más Conferencias internacionales, e iniciativas nacionales, regionales y locales, están surgiendo con mucha fuerza, y cada vez más, las empresas utilizan el Greenwashing para intentar confundirnos.
Se habla desde hace mucho tiempo de la sostenibilidad en el sector del automóvil, o en el campo de los productos de limpieza, pero hoy en día toca a cualquier sector, y por supuesto, a la cosmética también.
¿Cómo se da el Greenwashing en el mundo de la cosmética?
Lograr que un cosmético que no es sostenible ni natural, lo aparente, es más fácil de lo que a priori puede parecer. Los departamentos de marketing juegan con la percepción del consumidor a la hora de adquirir el producto. Para ello llevan a cabo una serie de estrategias de engaño como:
- Utilizar palabras, como “sostenible, eco, natural, orgánico, green, bio, o verde”.
- Usar formas, dibujos o fotografías de plantas, flores o frutas.
El usuario percibe estas marcas como naturales y es posible que usen algún ingrediente natural, que es el que reclaman en el frontal de la etiqueta, pero un solo ingrediente no hace que el producto sea natural, ya que la mayoría de los ingredientes que emplean son de origen totalmente sintético, de ahí la importancia de saber leer la lista de ingredientes.
5 tips para reconocerlo
Nosotros, desde nuestra experiencia en cosmética natural y ecológica, os instamos a “Darle la vuelta al bote” para leer los ingredientes y que no os dejéis llevar por esa percepción natural que nos ofrecen los envases y las palabras clave utilizadas de forma específica.
Como consumidores debemos ir más allá, por eso os presentamos este listado de cinco trucos para reconocer el greenwashing y saber que estás comprando:
1.-Dale la vuelta al bote y lee con atención las etiquetas y los ingredientes de los productos cosméticos, ya que en ellas se encuentra la información real de los mismos, recuerda que los ingredientes se colocan de mayor % a menor % en la fórmula, es decir, el primer ingrediente que aparece en el listado, es del que mayor cantidad hay en el producto.
2.-No te creas los enunciados engañosos. “Hecho con aceite de argán 100% natural.” Lo compras pensando que es un producto 100% natural y al llegar a casa y leer los ingredientes ves una lista inmensa de ingredientes que no sabes lo que son. Efectivamente, el argán es 100% natural, pero no todo el producto que estás comprando.
3.-Busca los “sellos oficiales” que avalan que los productos son naturales de verdad.
Nuestros cosméticos, por ejemplo, están avalados por:
- Certificado PETA.org, que garantiza el origen vegetal y que no hemos testado en animales.
- Sello “Eco Plus” de Bio Vida Sana, que garantiza el más alto % de principios activos e ingredientes ecológicos, o el de Bio-Inspecta, la certificadora Suiza que garantiza que nuestros productos no contienen tóxicos. Aquí tienes más información sobre los sellos oficiales
4.-Conoce el significado de los términos: las marcas que utilizan el greenwashing utilizan palabras vacías o complicadas, sin explicar el significado a sus consumidores, ni en sus etiquetas, ni en su página web, en algunos casos encontrar el listado de ingredientes (INCI) es una tarea muy complicada, si no lo tienen publicado, desconfía. Puedes ver la siguiente lista de disruptores endocrinos que debes evitar en tus cosméticos.
5.-No te creas los compromisos medioambientales: comprueba que el producto no contenga ingredientes sintéticos, envases de plástico, derivados animales, etc. Busca el % de ingredientes ecológicos que contiene el producto, cuanto más alto, mayor compromiso medioambiental.
La ética de muchas marcas brilla por su ausencia, pues son los inversores los que mandan, y buscan ingredientes baratos y de relleno para formular con el menor coste posible. Con que solamente lleven algún extracto o ingrediente vegetal, lo venden como natural, pero no lo es, si no contiene al menos un 95% de ingredientes naturales, además el 5% restante debe estar considerado como no tóxico.
Es complicado conocer la calidad de muchos ingredientes, por eso te recomendamos que compres cosmética certificada, para asegurarte que no contiene tóxicos para tu salud.
Las grandes empresas cosméticas siempre pueden disfrazar un producto y hacerlo parecer natural, medioambientalmente responsable o socialmente justo.
Ellos juegan con el lenguaje, con miles de euros invertidos en campañas de publicidad en revistas o incluso anuncios televisivos, el poder de las imágenes y, sobre todo, nuestra disposición de creer sus mensajes. Porque ¿quién no quiere creer en los mensajes bonitos de que durmiendo reducirá centímetros, que nuestro pelo dañado se repara en un minuto o que nuestras arrugas desaparecerán en un instante?
Sabiendo lo que ahora ya sabes, ¿vas a dejar que te engañen?
Es normal que dudes, así que pregunta, investiga, y no te conformes con lo que te cuentan.
Disfruta de una gran experiencia ecológica, busca los asteriscos que identifican cada ingrediente, revisa el % de ingredientes ecológicos de tus productos y aporta tu granito de arena, para cuidarte y para cuidar el planeta, con la auténtica cosmética ecológica certificada.
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